MUELLE DE PIMENTEL ANTES DE LA RESTAURACIÓN

MUELLE DE PIMENTEL ANTES

Chiclayo - Perú
Abril - 2010
Fotografias: Pool Joseph Porta Guerrero



El puerto de Pimentel se encuentra ubicado a unos 12 Km. al oeste de la ciudad de Chiclayo, ciudad ubicada a 770 Km. al norte de Lima, Perú. Su nombre proviene del marino Ricardo Pimentel quien en su momento, descubrió las excelentes condiciones para puerto y fondeadero que ofrecía la zona y recomendó que se aprovecharan estas características. De esta forma, una simple caleta de pescadores pudo convertirse en un importante puerto con el transcurrir de los años.Como muchas cosas en el Perú, tuvo una época dorada – inicios del siglo 20, con el auge del comercio azucarero- en la que fue considerado uno de los balnearios más importantes del Perú y de la costa del Pacífico y de la que aún hoy se pueden apreciar algunos vestigios: casonas antiguas, líneas de tren, malecón..Actualmente, es un pueblo tranquilo donde paseantes, veraneantes, pescadores artesanales y surfers, conviven sin mayores problemas con su frío mar y sus playas grandes de arena.

Pero hoy quisiera hablar de uno de los símbolos de la buena época de Pimentel: El muelle.
Como creo que cualquier otro chiclayano, conozco al muelle de Pimentel de toda la vida. Cuando era aún muy pequeño e iba a la playa con mi familia, veía su silueta sobre el horizonte. Cuando empecé a pescar con cordel con mi padre, lo pude conocer entonces, muy de cerca. Lo visité innumerables veces, con calor o frío, con marea alta o baja, con días buenos y malos. Digamos que al pasar de los años le llegué a tomar un especial aprecio o familiaridad, como quieran llamarlo.
Buscando información sobre esta reliquia, que mucho vivir allí y poco conocer lo que se tiene, descubro que fue inaugurado en el año 1914, como colofón a la concesión privada de un ferrocarril entre Pimentel, Chiclayo y Pucalá otorgada al copropietario de la Hacienda Pomalca, Salvador Gutierrez. A través de este muelle de madera –de 150m de longitud-, se podía efectuar el embarque y desembarque de mercancías de los barcos que de todas partes del mundo atracaban para ese fin en el puerto de Pimentel.

Todo esto viene a cuento ya que leí el otro día una noticia que me alegró mucho. Se había destinado casi 2 millones de soles -500.000€ aproximadamente para iniciar su recuperación y rehabilitación –ahora, pensando más en el turismo que en el comercio propiamente dicho-. Desde hacía meses, el muelle ya estaba cerrado al público por la completa inseguridad que presentaba a sus visitantes (pescadores artesanales de la zona y curiosos) –simplemente, se estaba cayendo de viejo-. Esto significará que en breve, espero, el muelle de Pimentel pueda vivir una merecida segunda juventud y que los pescadores tengan donde desembarcar su faena, lo turistas tengan donde pasear, los barcos donde atracar y yo la oportunidad de poder visitarlo algún día para poder tirar mi cordel y sobre todo, para darme el gustazo de saltar al mar desde su plataforma.
Y ojalá que este tipo de acciones no sea flor de un día. Un pueblo, una ciudad, no debe existir solamente para su presente.
Su pasado es también importante. Hay que saber reconocer lo que fuimos para poder saber lo que queremos ser.




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